Me resulta emocianate pasar estos días en Alemania. La familia de Jan y la mayor parte de nuestro amigos, se toma muy en serio esta celebración y consiguen que el ambiente sea especial. Es una fiesta tranquila con los familiares directos pero la preparación lleva semanas.
Se hacen galletas de canela, mantequilla, mazapán y chocolate para todas las Navidades. Los calendarios y las coronas de adviento se regalan y preparan para/con los más pequeños. Es una cuenta atrás dulce y mágica desde el día 1 hasta el 24 de diciembre.
Al llegar esta fecha y después de una comida sencilla, viene a casa el Weihnachtsmann y da a los niños los regalos en mano. Lleva consigo un gran libro y lee las cosas buenas …y las que tienen que pueden mejorar, a cada peque de la casa.
Me ha resultado curioso descubrir que aquí el invierno se relaciona con el color rojo. El color del fuego. En tiempos cercanos, cuando no había pantallas y nevaba mucho, era muy importante que hubiera uno encendido dentro de cada casa, se contaban historias delante de él y se valoraba la quietud de las nevadas y el caer de los copos. Aunque los inviernos son cada vez más cálidos, este es el ambiente pausado y dulce que se siente por aqui… aunque también hay vasos de vino caliente que dan bastante alegría al cuerpo.
Un abrazo, disfrutad mucho y quereros un montón.
…por cierto, el mercado alternativo de Leipzig ha sido un gran comienzo para los trabajos en madera de olivo. Gracias Babette y Ralf…nos vemos dentro de muy poco en Gredos.